23 de junio de 2011

El cuento de hadas de Elie Saab


Catherine vive en París desde que puede recordar. Descendiente de una familia de humildes panaderos, apenas podía ver a sus padres un par de horas al día. Su casa era pequeña y su cuarto formado por muebles viejos, reflejaban un color marrón más cercano a antiguo que a barnizado. La niña lucía una melenita rubia hondulada y tenía los ojos verdes con pequeñas pinceladas de naranja y amarillo.

Cada viernes por la noche después de cenar, Catherine salía a pasear con sus padres con su vestido azul celeste,el único que tenía. La pequeña aprovechaba  cada vez que pasaban por el Théâtre National de Chaillot para disfrutar del espectáculo que ofrecían las grandes damas yendo al teatro. Siempre imaginó como sería su vida si en vez de estar rodeada de muebles astillados, contar con la compañía de sus padres un rato cada noche y llevar el pelo suelto puediera ser como aquellas mujeres que parecían tenerlo todo. "Se les ve tan felices y tan guapas, ¿verdad mamá?. Algún día yo también tendré un traje de princesa y me haré un moño ¡bien arriba!". 

Veinte años después Catherine cumplió su sueño. Vestida entre organzas, tules, encajes y lentejuelas, la no tan niña ya, desfiló para Eliee Saab. El diseñador libanés, con tan sólo cuarenta y siete años, lleva diseñando desde los nueve para sus hermanas. Tuvo claro desde pequeño que su vida giraría en torno a las mujeres. Él las vestiría de forma que las dignificara y mostraran su belleza. Su forma de conseguirlo es apoyarse de los diseños sencillos combinándos con materiales preciosos pero siempre manteniendo su punto de sofisticación.

A los dieciocho años, en 1982, abrió su primer taller con un docena de empleados a su cargo. Beirut, ciudad dónde Elie todavía busca inspiración, fue la primera ciudad que disfrutaría de una colección de este excepcional diseñador. El desfile traspasó fronteras haciendo de sus obras de arte un objeto deseado para las más acaudaladas mujeres del mundo. Fue en el 2000 cuando tuvo su oportunidad de mostrar su trabajo en una pasarela parisina y en 2007 abrió su tienda en "Le Triangle D'Or" de París.

La colección de primavera 2011 Alta Costura de Elie Saab propia de un cuento de hadas, conquista a mujeres de todo el mundo. Con rosas palo, nude y negros Elie Saab sigue fiel a su estilo con piezas que exaltan la feminidad a golpe de vestidos palabra de honor, cogidos a un hombro e incorporando el escote a la espalda con vestidos cerrados por delante y piernas. Un desfile en el que  cada vestido fue una joya de artesanía  bordada a conciencia y el cual Catherine fue la encargada de cerrar con una traje de princesa, con su moño alto como ella dijo en el Théâtre National de Chaillot.

Fotos del desfile:






Fotos de Vogue

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